sábado, 12 de octubre de 2013

La pregunta por la contradicción

Cita literal del libro titulado Sabiduría para pasado mañana, antología de fragmentos póstumos de Nietzsche, editada por Tecnos (2009), página 59.

7. [152]¿Cómo surge el arte? Como medicina para el conocimiento.La vida sólo es posible a través de imágenes ilusorias del arte.La existencia empírica condicionada por la representación.¿Para quién es necesaria esta representación artística?Si lo Uno primordial necesita la apariencia, entonces su esencia es la contradicción.La apariencia, el devenir, el placer.

En este texto encuentro que se da por sabido aquello que al menos yo no daría por sabido. Pues preguntaría: ¿Y cuál es la esencia de la contradicción?
Dado que si la esencia de la contradicción fuera que no cabe el darse de lo contradictorio, no habría mayor contradicción que el darse y no darse de lo contradictorio.
Por un lado, todo lo que se da en tanto que acontece se dará exento de contradicción (si fuera contradictorio no acontecería).
Ahora bien, si no se diera la contradicción, no cabría su negación mediante el principio de no contradicción. Si no se diera contradicción alguna, ni siquiera sería formulado el principio de no contradicción. Por lo tanto, si comprendo (o comprendemos) el principio de no-contradicción, la contradicción se da, acontece.
Por consiguiente, aquel uno primordial cuya esencia es la contradicción requerirá en cumplimiento de su propia esencia la aplicación del principio de no contradicción. Pues no habrá mayor contradicción esencial que esta.
En otras palabras, allí donde aparezca la contradicción se encontrará con carácter inherente el principio de no-contradicción (aparecerá para negarla). Por el contrario, allí donde resulte aplicable el principio de no-contradicción, la contradicción ya estará puesta como fundamento de este principio (para negar la contradicción, antes será comprendida). 
En definitiva, tan esencial como la contradicción será la negación de la contradicción, lo cual de por sí constituye una contradicción.

Y me quedo pensando..., ¿no nacerá la contradicción de la humana pretensión de imponer un modo de comprender el mundo? ¿No subyacen en las palabras de Nietzsche esa misma pretensión de imponer una manera de comprender? ¿Por qué entender como contradictorio lo que, paradójicamente, por ser contradictorio podría pensarse como no-contradictorio?

Ni siquiera podría afirmar que comprendo el alcance de lo que trato de decir. Pero vislumbro que, como tantas otras veces, aquí me queda mucho por indagar.

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