lunes, 17 de junio de 2013

Escrito por María Zambrano en El sueño creador.

Y al hombre su ser se le manifiesta en sueño, en sueños. Pasarlo por la realidad es despertarlo. El ser se revela, el ser se desvela porque va perdiendo su carácter de absoluto, de oculto, de inaccesible. Se le revela así al sujeto que lo padece y conduce. Se desentraña.
 Esta cita la he transcrito de las Obras completas III, editadas por Galaxia Gutemberg, página 1024. La razón de traerlas aquí reside en que las considero una idea central en lo que podría denominarse el pensamiento de María Zambrano. En ellas encuentro un modo de comprender muy particular y propio de la pensadora, pues distingue el hombre de su ser, y este último permanece oculto y desconocido al primero. El ser anima el sueño, está ahí ya desde el mismo soñar, y únicamente cuando ese ser que impulsa el soñar (aunque nadie lo entienda) logra que lo soñado alcance la vigilia, llegue a la realidad, entonces ese ser se desvela, pierde algo de ese carácter absoluto y oculto. En esta palabras encuentro un modo propio de comprender la condición humana. No solo eso, sino que además de ellas he aprendido que una vida sin sueños, una vida en la cual no subsiste lo soñado por el ser humano que la vive, no merecería llamarse vida.

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