martes, 7 de enero de 2014

Heidegger, el temple de ánimo y el encontrarse fuera de nosotros mismos.

«El temple de ánimo es precisamente el modo fundamental en el que estamos fuera de nosotros mismos.» (Heidegger, Nietzsche, Ariel, 2013)
Considero legítimo preguntar de forma sencilla acerca de la verdad o falsedad de un enunciado como este. Y por mi parte yo lo consideraría literalmente falso, pues ¿cómo podría encontrarme fuera de mí? ¿Y en qué consiste ese lugar tan extraño denominado sí mismo? ¿Qué esquematismo lógico sostendrá la posibilidad de poder encontrarse dentro y fuera de sí mismo? ¿Cabe comprender un lugar más acá de ese fuera de sí en el que encontrándome en él no podría encontrarme, no podría dar conmigo, si no fuera por ese salir fuera de mí mismo?
Llegado a este extremo, si no descarto lo enunciado (y no lo descarto), su sentido no residirá en el valor de verdad. Mi posición al respecto consiste en sostener que enunciados como este pretenden disponer al oyente hacia la búsqueda de una comprensión valiosa. Solo el valor de lo que se alcance comprender por mediación de un enunciado falso fundamentará la presencia de dicho enunciado. No solo eso, sino que ese valor alcanzable y alcanzado mediante la comprensión del enunciado en principio falso, también fundamentará el uso habitual  que sostiene la verdad de lo enunciado. En este segundo uso de la palabra «verdad» encuentro implícito el valor otorgado a la comprensión alcanzada: verdad significará ahora comprensión valiosa.
Por último, desearía anotar el alto rango del valor buscado mediante la comprensión pretendida con este enunciado: la comprensión propia, el modo como nos comprendemos a nosotros mismos. Nada menos discutible que el valor de alcanzar a comprendernos adecuadamente. 

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