viernes, 10 de enero de 2014

Wittgenstein, observaciones acerca de la estimación de valor.

Me encuentro leyendo Observaciones diversas. Cultura y valor, texto contenido en el segundo tomo dedicado a Wittgenstein de la colección Biblioteca de grandes pensadores de la editorial Gredos. Y nada más comenzar he tropezado con diversos fragmentos que corroboran la tesis de que cualquier ser humano cuando comprende algo le otorga valor: sin estimación de valor no habría comprensión. Por ejemplo:
7. La mirada humana tiene la capacidad de hacer las cosas más valiosas; ciertamente, también se vuelven más caras.
 Y al leer este texto entiendo que otorgamos valor al comprender aquello que vemos. Cierto que Wittgenstein solo afirmó que nuestra mirada tiene esa capacidad, pero a eso añadiría que con mayor o menor fuerza esa facultad siempre está en uso. No solo eso, sino que abstenerse de otorgar valor, la ausencia de estimación allí donde cabría esperar que se diera, ya constituye una apreciación realizada. Trataré de explicarme mejor, en un ámbito en  el que pudiera darse una valoración favorable o desfavorable, la ausencia de la una u otra también podrá quedar comprendida como una estimación realizada (la ausencia de calor o frío no significa la ausencia de temperatura, ni la de la capacidad humana para apreciarla, pues no pasar ni frío ni calor ya constituye la determinación del modo en el que uno se encuentra).
10. Cada mañana hay que atravesar de nuevo la escoria muerta, para llegar al núcleo vivo y cálido.
¿Cómo comprender y separar la «escoria muerta»  del «núcleo vivo y cálido»? Sostengo que quien no pueda apreciar la diferencia de valor implícito en las expresiones usadas no entenderá este enunciado. Literalmente, uno no se encuentra cada mañana escoria muerta, al menos yo no, ni se encuentra un núcleo vivo y cálido. Sin embargo, el enunciado queda comprendido con facilidad, claro que para que esa comprensión se realice por cada lector sucederá que este deberá estimar qué ha de quedar comprendido como «escoria muerta» y como «núcleo vivo y cálido». Ambas expresiones muestran el carácter con el que las palabras nos invitan a comprender aquellos sucesos que cada uno se encuentre. Invitan a reflexionar sobre el otorgamiento de valor en un determinado sentido, con un carácter determinado, carácter que se expresa en el uso de esas palabras. También nos invitan a buscar ese valor, ese núcleo vivo y cálido. Este texto lo comprendo como una invitación a distinguir durante el día entre lo que ha de valer como «escoria muerta» y lo que ha de valer como «núcleo vivo y cálido», y esta distinción realizada resultará de la capacidad de juzgar o estimar todo aquello nos acontezca a lo largo del día. Y termino añadiendo que la falta de juicio ya constituirá una toma de posición.


1 comentario:

  1. "Soy piedra que a la terrera, cualquiera me arroja al verme.
    Parezco escombro por fuera.
    Pero en llegando a romperme,
    doy un metal de primera.

    Minera de La Unión.

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